La institución me hizo Dermatóloga Pediatra, mi pequeño meatball me hizo mamá. Día a día disfruto mas las bondades de una crianza con apego, me hace mejor pediatra, mejor mamá, mejor ser humano. Este blog es para compartir mis peripecias en esto de ser madre y mis culpas en aquello de ser pediatra. Gracias por leer.
sábado, 9 de mayo de 2015
Mi hijo camina... La graduación del boot camp?
Pese a las premoniciones bien intencionadas de que el pobre meatball jamás caminaría y sería un niño telele en brazos de mamá para siempre, pese a mi extraña aversión involuntaria o voluntaria a realizar ejercicios y hacerle juegos didácticos y optar por cargarlo, chiquearlo, besarlo hasta el cansancio y simplemente dejarlo jugar y meterse a la boca cualquier cosa que considerara difícil que lo electrocutara o que fuera NO TAN punzocortante, el lo acabó haciendo, pese a mi o por mi, terminó caminando.
Acepto que si pudiera separar su tan corta vida en pequeñas etapas, la etapa del bebesito que no hace mas que pasar en la chichi, la etapa del bebesito come papillas, la etapa del monito que gatea, etc, etc, la etapa "del títere" para mi fue quizás la segunda mas difícil (si, nada, bueno, hasta ahora no creo que nada, supere la etapa del chiquillo chillón enlechado) la situación aquí era exactamente esa, su hijo se convierte en un títere, sus pequeñas y regordetas piernitas (en nuestro caso, sus pequeñas y esbeltas piernitas) ya tienen la fuera suficiente para pararse... con ayuda... ya tienen la destreza suficiente para dar pasitos... con ayuda, y si, con SU ayuda, porque ya es bien sabido lo que dicen de las andaderas, que son el invento del diablo, así que las mamis de ahora pasamos, lo que me pareció fueron siglos pero en realidad fue poco mas de un mes o dos, caminando jorobadas por todos lados (por TODOS) sosteniendo a un chiquillo ávido de aventura, que aunque gatea perfecto ya no le apetece hacerlo y ahora decide conocer el mundo.. si.. con SU ayuda y a expensas de su columna.
Después de ese mes o dos meses interminables donde su espalda se amolda para quizás jamás recuperar su no tan jorobada figura, de repente un día sin querer se le resbala una manita y oh sorpresa, medio borrachito, el chiquillo logra seguir con los pasitos (después de muchas soltadas involuntarias donde el poble gira como un trompo sobre su propio eje) y entonces usted se queda pasmada... es en serio? ya solo una manita? y es ahí cuando la joroba se reduce en unos cuantos grados que para entonces le parecen la gloria, ya solo hay que sujetarle una manita, después de, quizás otro mes de sujetarle una manita (intentamos con el arnesito, a nosotros no nos funcionó, meatball aún así quería sentir una mano amiga que lo ayudara), esa manita insoltable va requiriendo menos apoyo, se convierte en un cuatro deditos, tres, dos, un dedito, ya va uno con el dedo todo adormecido para todos lados, insisto, comparado con la etapa del títere, un dedito se vuelve un paraíso.
Y es entonces cuando ocurre aquella etapa tan maravillosa en la que todos los padres soñamos, los primeros pasos, los primeros son sin querer, son un error, se nos soltaba el dedito y daba dos o tres pasitos correteados para volverse a sostener, aún así eran muy conmovedores, acepto sin embargo que en nuestro caso nos fue todavía mas conmovedor la primera vez que lo vimos arrastrarse, quizás porque ya empezó a caminar "a la edad que dicen los libros que hay que caminar" y cuando se arrastró ya estábamos en un punto de asegurar que nuestro hijo jamás se arrastraría, mucho menos gatearía, lo cargaríamos para siempre, así que la primera vez que lo vimos arrastrarse nos acabamos la caja de kleenex... esta bien, las mangas de las camisas, mi marido y yo, sumergidos en lágrimas y mocos, esta vez solo nos dio mucha emoción y alegría, ya estábamos relajados, ya habíamos pasado por el trauma de considerar a nuestro hijo retrasadito, estábamos en un punto donde sabíamos que lo haría algún día y punto al punto.
Después de esos primeros pasitos que parecen hechos por error, la cosa avanza demasiado rápido, día a día esos dos pasitos se hacen tres, se hacen seis, se hacen diez, y en un transcurso de a lo mucho dos semanas el chiquillo esta corriendo!, corriendo!, no solo sobre la superficie segura del foamy que tapiza su sala pero también sobre el suelo común y corriente, sobre la tierra, sobre el empedrado, ya mira usted que se cae y mete las manitas con desplantes de profesionalismo, se las mira, como pensando "ahí siguen" se pone de pie nuevamente y sigue corriendo.
El niño que camina, se convierte al mismo tiempo en el niño que a duras penas se da a entender pero se da, sé que hay muchas mamás, si me atrevo a decir, la mayoría de mamás, son traductoras, "mira, dice que allá", "mira, dice agua, guaguá, guagua al camión" (en serió?...) , "mira, dice que si, que no, que por favor dos tazas mas de azúcar" a mi esto de la traducción no se me dio, mi hijo habla en su propio idioma y es un idioma incomprensible para mi, sin embargo se expresa, se expresa con su carita, expresa felicidad, duda, incertidumbre, interés, enojo, etc.. o al menos esto es lo que a mi se me da mas por traducir, esos llantos para mi intraducibles, el día de hoy se acompañan de manos que se elevan hacia mi para que lo cargue y como un jinete experimentado se mueve hacia donde desea que lo lleve, si quiere chichi (osea en nuestro caso es sinónimo de siesta o relajación) se mueve hacia las escaleras, hacia la habitación, la cual se convirtió en el único lugar donde hay chichi, acostaditos, relajados, no fue de forma voluntaria,pero poco a poco las tomas se empezaron a limitar a las tomas para dormir y así se quedaron, lo cual sin querer terminó siendo un éxito para el binomio, mami no tiene el estrés de darle chichi en público y andarse tapando o explicando al mundo perplejo que le voy a dar chichi hasta la universidad, mami se dió el lujo de refundir sus bras de lactancia en muy muy lejano y volver a usar bras de mujeres normales, mami empezó a vislumbrar la puerta de salida del boot camp.
Decidí volver a escribir (no escribo porque realmente sentarme en una computadora se ha convertido en tarea quasi imposible ahora que soy dos tercios ama de casa un tercio freelancer, espero poder escribir otra entrada sobre el cambio porque la merece y así yo, lo saco de mi sistema y lo vomito al universo cibernético), porque ayer me sentí muy inspirada, mami no tuvo chamba, así que se convirtió en un día 100% ama de casa, lo cual hasta hace pocos días me atormentaba y ahora me causa júbilo, lo dejo hacer lo que el quiera, soy ese tipo de madre desentendida, ayer rascó la puerta cual perrito y se la abrí, soy mala, mala como la hiel, me quedé ahí parada viendo como sufría para bajar el escalón hacia la calle (la calle comunal, vivimos actualmente en un cotito o privadita, cosa que no podría ser mas maravillosa para el niño que camina), después de un rato de esfuerzo físico extenuante para el, como pudo, bajó el escalonsito sin mi ayuda (me la pidió con la mirada y me hice la desentendida... soy así, para estas cosas me gusta hacerlo sufrir un poco, empujar sus límites, mostrarle que él puede, solo sufre una vez y las siguientes ya lo hace como si hubiera nacido haciéndolo), al lograr bajar el escalonsito, corrió como fugitivo de cárcel, con las manitas alzadas hacia el cielo, riéndose como un loco, gritando, con su carita desencajada de la sonrisa y los ojitos perdidos en los cachetes, ya ni necesitó voltear a verme, porque el sabe que siempre estoy ahí y espero que comprenda que siempre estaré... o al menos todo el tiempo que me lo permita, este era su logro, él bajó el escalón, el salió hacia la calle, su júbilo no era para menos, corrió como un loquito gritón y paró un poco, entonces ya volteó a verme, me sonrió y siguió corriendo, fue a jugar con los cactus de la vecina (si, tiene talento de faquir, le encanta sentir la sensación puntiaguda de las espinas en sus deditos y su madre desvergonzada que lo deja), se subió a las jardineras, se sentó en el cesped un rato, lo arrancó y lo miró, lo probó un poco y lo escupió y ya no lo volvió a probar, jugó con las plantas, aplastó algunas hormigas, se paró y corrió de nuevo, pasó sobre una alcantarilla que emitía un sonido metálico ante sus pasitos y volvió, como artista de stomp, a dar de pasitos exagerados sobre la alcantarilla, todo este tiempo yo estuve sentada en la jardinera, viéndolo, disfrutándolo, conteniendo una lagrimita y pensando muchas cosas.
Yo se que todas las madres creemos que el mundo no tiene la capacidad de crear un ser tan perfecto como lo es el que creamos nosotros, en menor o mayor grado todas lo sentimos, yo lo veo particularmente en el sentido de la inteligencia, " ya hace esto", "dice esto", "entiende esto", "lee esto y nadie le enseñó", yo como soy ese tipo de persona que considera que la inteligencia esta sobrevalorada, no se la busco, no considero particularmente a mi hijo inteligente, creo que es tan inteligente como lo es un niño de su edad no mas, no menos, pero me encanta pensar, me llena de orgullo pensar, me satisface increíblemente pensar, que he criado al niño mas feliz del mundo, a un niño seguro, que se cae y se vuelve a levantar, que toca cactus, que se acerca a los perritos y los quiere acariciar aunque le ladren, que corre emocionado hacia un grupo de niños jugando, que corre por la calle sin tener que voltear a verme, porque sabe que estoy ahí y no tiene necesidad de voltear, porque siempre he estado ahí.
El tipo de crianza que nosotros decidimos implementar, no ha sido fácil, en realidad fue increíblemente difícil, hablo en pasado porque... ya no lo siento así, tengo quizás dos meses sin comprar una caja de sedalmerck (si, me compraba una caja por mes y me la terminaba... si) tomo café por el gusto de tomarlo y no por la necesidad de hacerlo, mas de un día pensé atormentada "vale la pena, vale la pena atender al chiquillo todo el tiempo, no será mas fácil encargarlo mas, mandarlo a dormir a su cuarto, meterle de una vez por todas el biberón y dejar de darle de un tajo las dos o tres tomas de chichi que sigue haciendo por las noches, simplemente perderme menos como persona por ser madre. El día de ayer logré contestarme esa pregunta, al verlo así, tan libre, tan seguro, tan interesado en el mundo, creo que tengo que tomarlo como una inversión, nunca sabré si de todas formas hubiera sido lo mismo si hubiera hecho las cosas diferentes, nadie puede saberlo y al final del día, todas las mamás tratamos de hacer lo mejor que podemos o al menos lo que consideramos es lo mejor y al fin ellos salen, salen alto, niños inteligentes, fuertes, seguros, cariñosos, etc, etc, con uno, no se sin uno, pero si pese a uno.
Una querida amiga me mostraba ayer un video de su nene, semanas menor que meatball, dando sus primeros pasos, con emoción pero con tristeza, "ya no nos necesitan" y no pude aguantar decirle "si.. no es lo máximo?" quisiera decir que sentí duro, que me duele verlo crecer, que quisiera seguir tomando su manita, pero no, no y no, amo verlo crecer y ha sido increíblemente reconfortante este pequeño pasito para él pero gran paso para nosotros, de empezar a desgrafilar el cordón umbilical (ese cordón que admitamos, jamás terminará de cortarse) me siento mas descansada, me siento mas despierta, me siento mas yo, pero un yo evolucionado, un yo con metas completamente diferentes, pero al fin, yo.
Cuando le expliqué a mi amiga como pude, que en mi experiencia, estaba a punto de entrar a una etapa... muy rica, muy bonita, muy descansada (comparada con bebesito demandante... que yo cuando no era mamá y veía a las mamás corriendo tras sus hijos pensaba... Jesús... y quizás también, el mio no va a corretear así, va a ser super disciplinado... si, puntos suspensivos), me pregunta mi amiga "entonces ya se terminó el boot Camp?", no se si se terminó el boot camp, no se si algún día se termina, no se si la etapa de berrinches de los dos años va a arrasar nuevamente con mi alma, hoy por hoy, para mi es una graduación, mi rebozo casi casi a pasado a ser parte de un recuerdo, ya solo lo uso como un medio de transporte y no por mucho tiempo, se me empieza a retorcer para que lo baje y explore, lo que alguna vez pareció tatuado a mi piel, hoy corre, grita y levanta las manitas al aire.
Si su hijo todavía no camina o esta mas bien en la etapa del títere, le deseo toda la paciencia del mundo, por favor no tome sedalmerck... pero si ya no puede con su alma, santo remedio, no se lo recomendé yo... mas temprano que tarde se va a terminar, quisiera decirle que la va a extrañar pero no, yo no la extraño, para ser muy muy honesta, yo no extraño nada, yo no extraño ni mi panzita de embarazo (para mi fueron mas bien mis náuseas, mi dolor de espalda y mis 18 kilos extras del embarazo), mi bebesito con su olorsito a bebé y sus veintiocho tomas de seno materno al día, mi pequeñito come papillas, mi nenito que se arrastraba cual trapeador por el piso, no lo extraño porque tengo a mi meataball en la etapa mas maravillosa de su vida, no se como puede ponerse esto mejor pero creo y tengo fe que todavía va a ser mejor, es una combinación perfecta entre independencia y a la vez expresión emocional, yo me lo comía a besos, ahora él me come a besos, me da de palmadas y cabezazos muerto de la risa, me sopla en la panza para escuchar "peditos", él es el que me asusta, el me da de comer sus ya deglutidas sobras, él me llena de besitos babosos que prefiero ni limpiarme y estoy segura que en su idioma me dice "te amo" y que algún día lo va a lograr decir en mi idioma.
Tenga paciencia pero espero esto sea un rayito de luz, hay luz al final del oscuro tunel, no me malinterprete, hay madres que parece que nacieron justamente para ser madres, que lo hacen tan fácil, con una sonrisa y las uñas pintadas, con tranquilidad, yo no soy una de esas, yo tengo las uñas si bien me va recortadas chuecas y con la cutícula hasta el tope, estoy saliendo de una seria adicción al sedalmerck con coca cola y me veo en la necesidad de escribir un blog para expresar mis miedos, ocurrencias e inconformidades y con todo y eso, hoy me siento mas yo, un yo regenerado, un yo mejor, un yo rehabilitado de drogas, un yo mamá menos jorobado, mejor dormido y mas descansado, le deseo eso y mas, gracias por leer.
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